1. Mantén el esmalte de uñas en la nevera para que no se ponga pegajosos. Si ya es tarde por que ya se te puso viscoso, no lo tires, pon un poco de quitaesmalte en el frasco y agítalo bien para diluir la textura.
2. Aprovecha hasta el máximo tu barra de labios favorita con un pincel,
3. Si dejas caer el polvo compacto ya sea rubor, sombras o bronceador por accidente, no lo tires. Coloca el polvo suelto en un pañuelo de papel y luego suavemente con el dorso de una cuchara apachurra hasta formar un polvo fino y ponlo en un frasco vacío y completamente limpio. En seguidas tendrás una nueva presentación de tu maquillaje para su utilización.
4. El rímel se debe remplazar preferentemente cada tres meses; sin embargo no tires el cepillo de aplicación. Límpialo con tu desmaquillarte de preferencia y champú neutro y utilízalo como cepillo de aseo para tus cejas y pestañas.
5. No es necesario comprar un colorete en crema, ahorra dinero utilizando tu lapiz de labios como rubor. Con las yemas de tus dedos aplica un poco en tus mejillas y espárcelo de igual forma que harías con un colorete y fijalo con un poco de polvo traslucido.
Una ventaja es que el tono de tus labios y mejillas coincidirán y podrás ahorrar grandes cantidades de dinero.
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